La otra Internet. Capítulo 1.
Ir a, de donde la gente viene, y venirme de, a donde la gente va.
Sabéis que aunque en 1982 se definió el protocolo TCP/IP, y apareció la palabra internet, en España se dice que internet nace en diciembre de 1995 gracias a Infovía, la red de Telefónica.
¡Que pasada! Un Windows 3.11, y un modem tortuga, que yo rememoro cuando mis niñas me dicen que la TV del Ipad se les para.
Algunos privilegiados tuvimos la posibilidad de usar BBS, Packet Radio, y hasta jugar con ARPANET antes de los 90, y me parece recordar que sobre el 93 ya usamos el navegador web NSCA Mosaic.
Pues me gustaría dedicar un apartado a contaros mi idea de internet, que no es más que mi idea de una parcela de mi vida, pero una parcela que como os digo, entre unas cosas y otras dura ya más de veinte años, y por tanto un reflejo de mi idea de la vida misma.
Y voy a permitirme, por ahora, usar esta parte familiar para hacerlo, quizás porque es la parte más íntima y por lo tanto en la que me resultará más fácil desnudarme.
Y no me entendáis bien, me refiero al otro tipo de desnudez, a veces más difícil, y siempre menos rentable, pero consecuente con lo que os trataré de contar.
Aunque no soy nudista, siempre me ha resultado cómodo ese tipo de desnudez, porque me permite saltarme ciertas reglas, largar a veces algún taco rompiendo las netiquettes, y sobre todo decir lo que pienso, sin querer ofender a nadie, pero sin miedo a que alguien se ofenda.
Siempre me gustó algo que es tan poco normal, que hasta resulta complejo de decir, y con el que he dado título a este capítulo: “Ir a, de donde la gente viene, y venirme de, a donde la gente va”. Se entiende, ¿no?
No os preocupéis demasiado por lo de Capítulo I, quizás se muera en el Capítulo III, o quizás lleguemos a los mil capítulos, depende de vosotros, de mí, de internet, de la vida.
A partir de ahora, pondré Internet con la i mayúscula, pero es por respeto, no por aquello que, cuando éramos “algo más jóvenes” nos contaron de Microsoft.
¿Que no lo recordáis? Bueno, esto en gran parte irá de anécdotas y recuerdos, así que no me importa revivirlo para vosotros.
Cuando algún alumno era algo observador, siempre que se estudiaba WINS surgía la misma pregunta. ¿Por qué se llama WINS (Servicio de Nombres de Internet para Windows) a un servicio que resuelve nombres de NETBios, válidos para una red interna, pero no para internet?
La respuesta que eludía la pregunta era, porque Microsoft llama internet con i minúscula a la intranet e Internet con i mayúscula a internet.
En nuestro caso llamaremos Internet con i mayúscula a la internet que todos conocemos (bueno, mejor a la internet que muchos no conocen), a la que de alguna manera trataremos de conocer juntos si me lo permitís.
Pero antes, os contaré otra anécdota. Cuando yo empecé en Fujitsu, tardábamos en ir de Sevilla a Granada casi 4 horas, malas carreteras y un Seat 600. Cuatro horas de ida, cuatro de vuelta, nos daba tiempo a resolver una avería, haciendo horas extras y siendo un buen técnico. Luego llegaron las buenas carreteras, los coches seguros y potentes, y nos poníamos en Granada en dos horas y muy poco (entonces ir a 160 por una estupenda Autovía no era ser un asesino), no digo que ahora lo sea, pero entonces no lo era. Se entiende, ¿no?
Mi padre decía siempre que se debe decir me explico, ¿no?, porque es más respetuoso, pero yo pienso que me explico lo suficientemente claro, así que no voy a tratar de ser “tan correcto”, y utilizaré se entiende, ¿no?
A lo que iba, si las condiciones de antes nos permitían realizar una reparación y acabar hechos polvo, las condiciones de después deberían servirnos para realizar el trabajo con mucha mayor comodidad, no tener que hacer horas extras (he dicho hacer, no cobrar), y llegar bastante más descansados. Lo que se suele llamar tener mejor vida.
PUES NO, las modernas autovías del 92 y los mejores coches servían para realizar tres reparaciones en lugar de una, llegar más extenuados que antes y correr unos mayores riesgos, porque aunque ir a 160 no era ser un asesino, no cabe duda que se corrían menos riesgos yendo a 80 (bueno, también dependía de como estuviera el 600, ¿verdad Megi?, ;=))
¿Dónde quiero llegar? A que reflexionemos que la mayoría de las veces, los avances, las mejoras, los adelantos que vamos consiguiendo no nos están sirviendo para una vida mejor, sino para complicarnos más la vida, eso sí, no olvidemos que hay SIEMPRE alguien que se APROVECHA de ello.
¿Qué creímos algunos soñadores que podría ser Internet?
Quizás un bindi. ¿Sabéis lo que es un bindi? Es el tercer ojo de los indios, el que estando en la frente, en medio de los otros dos, nos permite ver más allá de lo que los otros dos ven.
Una madre puede ver a su hija a 7.000 Kms en cuanto aterriza el avión, gracias al tercer ojo que le proporciona la tecnología e Internet.
Quizás una posibilidad de formarse. Poder seguir un curso a distancia muy económico, incluso gratis, para quienes no pueden pagarlo.
Quizás un sitio donde poder hablar con amigos, donde poder aprovechar las experiencias de otros.
Y es cierto Internet es todo eso, pero, como la vida, también es mucho más.
Pero siempre hay gente interesada en que vivas la vida de la manera que a ellos les viene bien, no de la forma que a ti te interesa. Pues hay también gente en Internet interesada en que la uses de la forma que a ellos les viene bien, que no siempre es la que a ti más te conviene.
¡Eh! Un momento, tampoco se trata de que esto dure un capítulo, pero porque tenga 1000 páginas, ni yo lo aguantaría, ni vosotros tampoco, así que, como diría Sherezade, dejémoslo para el próximo encuentro y como ella, esperemos llegar al capítulo 1000 y uno.